Panama Must Consider Indigenous Peoples’ Rights, Territory, and Health Before Approving Country’s Fourth Electrical Transmission Line

FOR IMMEDIATE RELEASE 

August 9, 2020–On the International Day of the World’s Indigenous Peoples, a coalition of Panamanian indigenous organizations and international allies call on the State of Panama to take the necessary measures to protect Indigenous Peoples’ rights, territory, and health before approving any project that could affect them, including Panama’s Fourth Electrical Transmission Line.

If constructed, the Fourth Transmission Line would extend for more than 300 kilometers along the Atlantic coast of Panama, cutting across lands that have historically been home to numerous communities of the Indigenous Peoples Ngäbe, Bugle, and Campesinos and endangering one of Panama’s last intact tropical forests.

Earlier this summer, however, Panama’s National Authority of Public Services (ASEP) reversed its initial decision not to approve the construction of the Fourth Transmission Line.  This reversal nullified a resolution that the same Authority had issued just a few weeks earlier, in which it determined that the state electrical transmission company of Panama (ETESA) had not adequately demonstrated the need to construct the Fourth Transmission Line, given the country’s reduced demand for electricity due to the COVID-19 pandemic.

Statement by Feliciano Santos, Coordinator of the Movement for the Defense of the Territories and Ecosystems of Bocas del Toro (MODETEAB):

Even more concerning than ASEP’s decision to reverse its position—and thus pave the way for the Fourth Transmission Line—is that there is a pattern of the Panamanian Government disregarding the concerns of our indigenous communities throughout these processes of planning and approving projects. For years, we have denounced plans to build the Fourth Transmission Line because of the destructive impacts that it would have on our ancestral lands and our traditional ways of life. Moreover, if the Panamanian Government goes forward with this project now in the midst of the global health crisis, it will put our fundamental rights to health and life in grave danger. We reiterate that neither the Fourth Transmission Line nor any other project that affects us as indigenous peoples should be approved without the free, prior, and informed consent of our communities.

Statement by Sarah Dorman, Attorney with the Center for International Environmental Law (CIEL):

Indigenous communities throughout the Americas are facing heightened challenges, threats, and risks to their lives in the context of the COVID-19 pandemic. In this critical moment, the State of Panama has an opportunity to lead the way in the region by prioritizing the rights and needs of Panama’s Indigenous Peoples, rather than continuing to marginalize them and use their lands to cater to the demands of an extractive model of development. Governments all around the world must urgently recognize—not only in words, but in actions—the crucial role that Indigenous Peoples play in conserving our planet’s biodiversity and in formulating sustainable visions for the future of humanity.

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PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA

Panamá debe considerar los derechos, el territorio y la salud de los pueblos indígenas antes de aprobar la Cuarta Línea de Transmisión Eléctrica –Declaraciones

9 de agosto de 2020—Con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una coalición de organizaciones indígenas panameñas e internacionales hace un llamado al Estado Panameño a tomar las medidas necesarias para proteger los derechos, el territorio y la salud de los pueblos indígenas panameños antes de aprobar cualquier proyecto que pudiera afectarlos, incluido el proyecto para construir la Cuarta Línea de Transmisión Eléctrica.

De construirse, la Cuarta Línea se extendería por más de 300 kilómetros a lo largo de la costa atlántica de Panamá, atravesando tierras que históricamente han sido habitadas por numerosas comunidades de los pueblos indígenas Ngäbe, Bugle y Campesinos, y poniendo en riesgo una de las últimas selvas tropicales inalteradas del país.

Sin embargo, a principios de este verano, la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP) de Panamá revirtió su posición inicial de no aprobar la construcción de la Cuarta Línea. Esta reversión anuló una resolución que la misma ASEP había emitido tan solo unas semanas antes, mediante la cual se determinó que la empresa estatal de transmisión eléctrica (ETESA) no había sustentado adecuadamente la necesidad de construir la Cuarta Línea, dada la disminución de la demanda de electricidad en el país a causa de la pandemia del COVID-19. 

Declaración de Feliciano Santos, Coordinador del Movimiento por la Defensa de los Territorios y Ecosistemas de Bocas del Toro (MODETEAB):

Aún más alarmante que la decisión de la ASEP de revertir su posición y así allanar el camino para la Cuarta Línea de Transmisión, es que exista un patrón de descuido por parte del gobierno panameño hacia las preocupaciones de nuestras comunidades indígenas durante estos procesos de planeación y aprobación. Durante años, hemos denunciado los planes para construir la Cuarta Línea, debido a los impactos destructivos que tendrá en nuestras tierras ancestrales y nuestros medios de vida tradicionales. Además, al impulsar este proyecto ahora en medio de la crisis sanitaria a nivel mundial, el gobierno pondrá en grave peligro nuestros derechos fundamentales a la salud y a la vida. Reiteramos que ni la Cuarta Línea ni ningún otro proyecto que nos afecte como pueblos indígenas debe ser aprobado sin el consentimiento libre, previo e informado de nuestras comunidades.

Declaración de Sarah Dorman, Abogada en el Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL):

Las comunidades indígenas en las Américas están enfrentando mayores retos, amenazas e incluso riesgo a la vida en el contexto de la pandemia del COVID-19. En este momento tan crítico, el Estado de Panamá tiene una oportunidad para liderar el camino en la región al priorizar los derechos y necesidades de los Pueblos Indígenas Panameños, en lugar de continuar marginándoles, utilizando sus tierras para satisfacer las demandas de un modelo extractivo de desarrollo. Es urgente que los gobiernos en todo el mundo reconozcan—no solo con palabras, sino con hechos—el papel fundamental que desempeñan los Pueblos Indígenas en la conservación de la biodiversidad de nuestro planeta y en la formulación de visiones sostenibles para el futuro de toda la humanidad.